15/7/2012
Miles de fieles asisten en el Recinto Hípico a un nuevo encuentro musical de los artistas
Los cantautores presentaron el disco 'La orquesta del Titanic', rodeados de un público devoto pero más escaso que en anteriores citas
Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina se unieron en santo matrimonio musical hace cinco años, cuando ambos eran ya maduritos, tenían largas y fructíferas carreras y habían flirteado, ocasionalmente, con otros solistas y bandas. La química parece funcionar a las mil maravillas entre los dos artistas, con un aspecto inmejorable, una energía y alegría envidiables y un buen show, pero, pese a todo eso, no consiguen borrar del todo los nubarrones del desastre económico. Ayer, en Cáceres, alrededor de 4.000 personas asistieron al concierto que dieron en el Recinto Hípico. La valoración visual y la estimación de los trabajadores del espectáculo dan ese cálculo. En 2007 fueron prácticamente el doble.
El recinto se adaptó a la situación y se colocó el escenario en una posición inédita, a lo ancho en lugar de a lo largo, lo cual reducía el espacio físico en el que se ubicaba el público, que ocupó la mayor parte de las gradas. En la arena quedaban zonas sin llenar. Lo positivo es que el público estuvo muy cerca de los artistas y que había fluidez y comodidad en el recinto.
Con puntualidad, hacia las 22,40 de la noche se encendieron las enormes pantallas led de un escenario con decoración metálica. Dos pájaros que representaban a Sabina y Serrat dieron la bienvenida en tono humorístico al respetable. Después, saltaron los artistas reales al escenario, con traje y corbata negra y camisa blanca. Y sombreros: Sabina su bombín de siempre y Serrat con un borsalino. Dieron la bienvenida con 'Hoy puede ser un gran día' y 'Ocupen su localidad' y saludaron. «Agradecemos que con esta puta crisis hayan decidido pasar la noche con nosotros», dijo Sabina. Elogiaron Extremadura y Cáceres y pasaron a las canciones de 'La orquesta del Titanic', su disco conjunto. Y a la cuarta canción, el primer clásico, 'Y sin embargo'. Estuvieron bailongos y energéticos durante todo el concierto, y fueron varios los guiños locales, que hicieron reír al público. Serrat dijo que a Sabina le había llevado a pasear , «que si al golfín, que si allá...quiere que le lleve al metro pero en Cáceres la cosa está jodida».
Hubo alusiones a la hija de Fabra «que se joda», (dijo Sabina), a Urdangarín y a la Gürtel. Y se retaron incluso a cantar en castúo, pero no lo hicieron. Carcajadas
Ambiente
Un público más mayor que en otras ocasiones llegado de muchos puntos de la comunidad disfrutó con el espectáculo híbrido 'Dos pájaros contraatacan', la gira heredera de 'Dos pájaros de un tiro', que reventó todas las previsiones.
Igual que la orquesta del malogrado Titanic tocó hasta el hundimiento total estos cantautores pretenden que su mecha musical encienda estos momentos oscuros.
A las ocho de la tarde ya había gente haciendo cola. Esperando desde primera hora estaban Clementina y Yolanda, dos mujeres de cincuenta llegadas desde Navalmoral de la Mata que habían decidido apostarse en la fila lo antes posible para evitar cosas como las que sucedieron hace cinco años, en la gira de 2007, cuando el concierto arrancó con retraso por la falta de fluidez en los accesos. Esta vez el público fue entrando al Recinto Hípico a las nueve en punto de la noche sin problemas, una hora y media antes del inicio del concierto.
A Clementina y Yolanda, confesaban ayer mientras esperaban acceder el Recinto Hípico, les gusta prácticamente todo de Serrat y Sabina, aunque el último disco lo habían escuchado poco. «Nos gustan las de toda la vida, Mediterráneo por supuesto, 19 días y 500 noches». Y sonó Mediterráneo, y Sabina le dijo a Serrat: «nunca has cantado un Mediterráneo más bonito que en Cáceres».
Al cierre de esta edición continuaba el cruce de humor y canciones de estos dos pájaros, que prometieron un largo espectáculo. El público parecía querer más y más,olvidándose de las nubes, del naufragio y del lunes a la vuelta de la esquina.
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