Serrat & Sabina: pájaros volando
La dupla vuelve hoy, al estadio Malvinas Argentinas, con su nuevo disco. Canciones compuestas mano a mano y guiños cómplices de viejos amigos.
Información http://www.losandes.com.ar/notas/2012/12/11/serrat-sabina-pajaros-volando-684930.asp
martes, 11 de diciembre de 2012
El lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver”. O tal vez sí. Al menos sí, cuando en ese pedacito de edén te espera un amigo, un ‘maestro’, un primo llamado ‘Nano’. Por eso Joaquín Sabina desoyó su propia máxima (aquella que comprendió en Comala) y un día volvió a intercambiar versos y abrazos con Joan Manuel Serrat. Lo hizo cinco años más tarde de su primera aventura juntos: “Dos pájaros de un tiro” (2007). “Fue tan gozoso, compartido, divertido que pensábamos: ‘si la tocamos, la vamos a joder’. Pero nos fuimos echando de menos”.
El reencuentro quedó registrado en “La Orquesta del Titanic”, un disco fantástico desde su origen: ellos, dijeron, integraron la insumergible orquesta. Las 11 canciones que lo componen nacieron de noches de inspiración compartida; frente a frente, vía Skype. Si antes los cruces se daban en el repertorio (Serrat cantaba a Sabina y viceversa); ahora, en cambio, las mitades se fusionan en las letras y la música. Incluso, esta vez, el hombre de garganta ronca y poesía cruda, se anima a cantar en catalán en “Malo por naturaleza” (“Dolent de mena”).
En este nuevo proyecto, las ‘eses’ y las ‘jotas’ se fusionan, con cariñoso respeto. Se retroalimentan. Se aportan. Sabina: whisky, juerga infinita, amor de resaca. Y Serrat: almíbar de estación, amoroso trino. Juntos son desgarro y ternura; despedida o festejo. Sabina dirá, sobre Serrat: “Si uno, en sus sueños más locos, puede imaginar lo mejor que te puede pasar eso es tener once canciones nuevas; ganas de cantarlas y de enseñarlas; un abanico de países que entienden tu idioma, y que tienen ganas de escucharlas, y un amigo como éste que te lleve a comer a los mejores sitios”.
Antes de ser disco, “La Orquesta...” fue un par de ideas perdidas en alguna libreta de Sabina. Al trovador de Úbeda lo había desvelado aquella anécdota (romántica, heroica) de que los músicos de la orquesta del Titanic habían continuado tocando hasta el final, aquella madrugada de abril de 1912, “el fox de los ahogados sin consuelo”.
Un siglo después, el hundimiento del barco en el Atlántico norte adquiere para él un significado nuevo: “Cuando comenzamos este proyecto, me dije: ‘¡Dios de mi vida!, pero si es una metáfora perfecta de la crisis fantástica que está cayendo. Nosotros salimos de gira, a divertirnos y pasarla bien, y el mundo se hunde”.
En eso andan, estos lindos y atorrantes señores desde febrero pasado, fecha en que el álbum llegó a las disquerías de España, Argentina y México (hubo, además, una edición en vinilo). Estos tres países, y otros tantos de América Latina, son apuntes de su agitada bitácora.
A Mendoza regresan tras cinco años, al mismo escenario que antes pisaron: el estadio Malvinas Argentinas. Este sobrevuelo es uno de los últimos de su tour “Dos pájaros contraatacan”, cuya último destino argentino es Buenos Aires, el próximo 15 de diciembre (la fecha suma una más a las 18 funciones que el catalán y el madrileño agotaron en el Luna Park, en abril de este año).
Aquí escucharemos la voz en off de Marcos Mundstock, de Les Luthiers, introducirnos en el mundo de “La Orquesta del Titanic” (“La madrugada del 15 de de abril de 1912, el Titanic se hundió en las aguas del Atlántico norte, después de tocar con un témpano de hielo”) y los veremos a ellos: ni tan jóvenes, ni tan viejos; cruzando pasos de comedia, guiños cómplices y líricas. Y lo mejor: entenderemos por qué Serrat y Sabina conforman una de las duplas más encantadoras de la última década. Mariela Encina Lanús- mencina@losandes.com.ar
Información http://www.losandes.com.ar/notas/2012/12/11/serrat-sabina-pajaros-volando-684930.asp
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