'He hecho algo fantástico: ¡Lo que me ha dado la gana!': Serrat
Elenco logró entrevrista al poeta de la canción.
Por: FABIÁN W. WAINTAL | 7:04 p.m. | 3 de diciembre de 2014
Elenco fue uno de los pocos invitados a la cena privada en homenaje a este grande de la música. los detalles de lo que ni siquiera se transmitió por TV y una divertida entrevista con el poeta de la canción.
Suena imposible imaginar a personalidades internacionales como Rubén Blades, Juanes, Miguel Bosé, Tania Libertad, Calle 13, Axel, India Martínez, Diego Torres, Soledad, Vicentico y Joaquín Sabina subiendo al mismo escenario, por separado, para cantar a puertas cerradas en una ceremonia privada. Pero fue exactamente lo que logró la Academia de los Grammy para homenajear a Joan Manuel Serrat como Persona del Año. Y en esa misma cena de lujo (que ni siquiera la mostraron por TV), tuvimos la oportunidad de ser de los pocos invitados al más íntimo tributo en el Hotel Mandalay Bay de Las Vegas, la noche anterior a la entrega del premio oficial, justo antes de esta entrevista, para celebrar los 50 años de una ejemplar carrera profesional.
Si volviéramos en el tiempo 50 años atrás, ¿cómo recuerda el principio de su carrera?
Yo era un universitario con un futuro brillante cuando empecé a escribir canciones. Y en un momento determinado tuve que decidir si seguía en la universidad u optaba por avanzar y dedicar más tiempo en lo que se refiere al mundo profesional.
¿Qué momento le gustaría volver a vivir?
¡Ah! ¡Muchos! Seguramente no van a poder publicar varios de ellos. O sea que, mejor no nos atengamos. Probablemente entrarían en el mundo de las intimidades que afectan a otras personas, entonces no sería correcto de mi parte. Soy un caballero (risas).
¿Alguna de sus letras podría definir estos 50 años?
¡Imposible! He escrito unas cuatrocientas y no he conseguido resumirlas nunca. El tiempo es inagotable y se vive de una forma fantástica. ¡Yo era inmortal a los veinte! Así lo creía. Esto no quiere decir que el resto de mi vida no lo haya vivido con intensidad y alegría, pero con el desparpajo y la ignorancia de aquel tiempo, no.
¿Y al menos podría definirse con una de sus canciones?
No. Los hombres somos más que una canción.
Con Serrat sentado a unos pocos metros, en la mesa principal que habían ubicado frente al escenario, la ceremonia comenzó con un video editado especialmente para mostrar viejas fotos suyas, mientras su voz comentaba pausadamente: “El oficio de cantar es un privilegio, ahí te juntas con las cosas que sueñas y te enfrentas con las que desprecias”. Las fotos en blanco y negro mostraban también la época de la misma rebelde juventud que lo llevó hasta el exilio, agregando la ‘música’ de otro de sus relatos, recordando: “En el exilio hay una serie de cosas tremendas; siempre se piensa que mañana va a volver, que mañana va a ocurrir algo que le haga volver, que si no es mañana, es la semana que viene, y así. América, de punta a punta, era una tierra que social, cultural, políticamente estaba hirviendo. Para un muchacho ansioso de libertad, de progreso, era un territorio elaborado”. Y al recorrer su vida en fotos, con su música de fondo también, comentó: “Escribo poesía fácil o cantable. El autor de canciones, de letras, de coplillas, tiene unas características muy especiales. Y algunos poetas manejan también un ritmo y una rima que se acercan mucho a la letra de sus canciones”. Parecía una confesión íntima, entre invitados famosos, como Juanes, que ya se había adelantado cantando Hoy puede ser un gran día, después que Diego Torres le devolvió a Penélope... porque mantenerla es muy caro o Rubén Blades se vistió de traje Para la libertad y Joaquín Sabina también le confesó, cantando, No hago otra cosa que pensar en ti. Como bien dijo Joan Manuel Serrat: “Es la primera vez que estoy en un concierto mío, en el que yo no canto”.
Un concierto de lujo que terminó con el reconocimiento de él mismo, al subir al escenario para recibir el Premio Grammy de la Persona del Año, diciendo: “Ha habido aquí todo un montaje con una serie de pensamientos que no quiero repetir”. Y mientras los invitados lo aplaudían de pie, Serrat les pedía: “Siéntense, siéntense, que esto puede llegar a durar”. Y con la misma sabiduría de sus canciones, cerró la noche con sus palabras y un corto monólogo donde: “Decía yo aquí que canto por el gusto de cantar y francamente no he conocido a nadie de mis colegas que no fuera así... No solo escribimos acerca de lo que somos sino de lo que también queremos ser y de lo que son los demás. Compartimos estas historias. –Agregando al final–: Todos tenemos canciones que forman parte de nuestra vida y cada vez que las escuchamos volvemos a aquel tiempo, con canciones que forman esta memoria sentimental”. Y en cierta forma, el agradecimiento final tuvo mucho que ver no solo con los invitados, sino también con los admiradores, cuando terminó diciendo: “Si pudiera devolverles a todos ustedes lo que han hecho por hacerme feliz, les preguntaría cómo quieren que lo hagamos”. Aunque dijo con muy buen humor: “Pero no les pregunto a mis compañeros de oficio, porque me pedirían el efectivo y no traigo suelto”.
¿Qué fue lo que más le sorprendió de la ceremonia privada y en su honor?
El concierto con todo un grupo de compañeros, ¡fue una fiesta! He estado con ellos, hemos convivido, nos hemos reído, comido y bebido, y he tenido la oportunidad de escucharles en una demostración de afecto y de generosidad que fue maravillosa. Lo más extraño para mí fue estar sentado en la banca. Me la pasaba preguntando: ¿por qué no me sacan?
Pero al final lo convencieron de cantar...
Bueno, pero me hubiese gustado hacerlo desde la primera canción, con cada uno de ellos. ¡Fue estupendo! Y no puedo decir qué fue lo que más me gustó porque lo que me gustó por encima de cualquier cosa fue sentirme tan bien tratado. Yo no sé si les ocurra a otras personas, pero cuando me tratan bien, me siento fabuloso.
Finalmente esto fue una prueba del aprecio de tantos artistas...
Creo que varios de ellos deben haber bebido un poco (risas). Me alegra mucho que mi trabajo lo consideren bueno porque quiere decir que les sirve para hacer el suyo, como a mí me ha servido el que hicieron otros antes que yo.
Joaquín Sabina dice que esta clase de premios siempre se dan demasiado tarde...
¿Qué más me da? Estoy vivo, y estupendo. Nunca he vivido persiguiendo premios. Cuando me los han dado, y he tenido la suerte de haber sido una persona que han tratado muy bien en este aspecto, me he sentido honrado. Cuando empezaban a repartir estos premios, no me sentaba delante de la radio o el TV esperando que se acordaran de mí.
Musicalmente hablando, ¿siente que ya cumplió con la vida?
No me entierre, que tengo muy buenas ganas. He llegado hasta aquí... pasito a pasito. No es que llegué tratando de cumplir ninguna misión. Además, no siento que haya cumplido ninguna. Yo creo que he hecho algo fantástico, ¡que es hacer lo que me ha dado la gana! Mi vida no ha sido una entrega devota hacia los demás; ha sido escribir, que es lo que me gustaba, componer, cantar, y he tenido la complicidad de la gente que me ha acompañado y pienso seguir haciéndolo.
¿Qué espera del futuro?
Tal como está ocurriendo constantemente, poco podemos esperar si no somos capaces de modificarlo. O sea, si no somos capaces de cambiar las reglas con las que se mueve nuestro presente, difícilmente podemos aspirar a un futuro mejor.
FABIÁN W. WAINTAL
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