Serrat en estado puro
El cantante barcelonés ofreció anoche en el Auditorio de Tenerife su mejor versión. El chico del Pueblo Seco estuvo cercano, ingenioso, poético... El repertorio acarició 50 años de música.
Jorge Dávila (@davilatoor)
Firmar la crónica de un concierto de Serrat 20 años después de cumplir los 20 es un riesgo asumible. Puede que no haya visto la esencia con la que nacieron algunas de las canciones que sonaron anoche en la Sala Sinfónica del Auditorio de Tenerife. Incluso, puede que no entendiera el catalán con el que "tiñó" varias de sus composiciones. Lo que hizo Joan Manuel Serrat en su regreso a la Isla fue una "Antología desordenada" de una carrera que ya dura medio siglo; un frágil y hermoso viaje por unos recovecos en los que gritó libertad, nostalgia, tiempo para ser niño, más tiempo para vivir y hasta se acordó de Lucía. Serrat montó un concierto onírico.
Tiró de sueños en los que la palabra se hizo poesía; en los que los versos sonaron a canción. Esa fue la carta de presentación que tantas veces iluminó a un artista que sigue ilusionado; que continúa ilusionando a los miles de espectadores que ayer decidieron desempolvar recuerdos musicados bordados por un cantante y cinco músicos. Entre título y título emergió un ser reivindicativo al que no le asustan las urgencias de un presente que no tiene tiempo para oír el contenido de una letra. Y es que a Serrat hay que escucharlo sin prisas.
Muchos se volvieron a casa desconsolados por una petición que no cobró vida, pero cuando uno carga un morral tan pesado no es fácil contentar a todo el mundo en solo dos horas de espectáculo. Serrat trazó un itinerario musical desordenado de atrás hacia delante y viceversa en el que enfatizó lo mucho que se ha divertido en los escenarios y lo que está aún por venir. En uno de sus numerosos monólogos adelantó las preocupaciones que están por venir en su 51 aniversario como cantante y cómo se ve en los escenarios a los ochenta.
Serrat explicó los quebraderos de cabeza que le ocasionó "Ahora que tengo 20 años", un tema que tuvo que modificar a los 40 y, a su vez, remodificar a los 60. Ya no está por la labor de buscarle otra vuelta, pero mientras disfruta el momento se acuerda de letras que forman parte de su ADN artístico. "Tu nombre me sabe a hierba", "Canción de cuna", "Palabras de amor", "Para la libertad" o "Mediterráneo". Y es que Joan Manuel Serrat es como uno de ese maestro de literatura que hemos tenido todos que garabatea en la pizarra un verso mientras canta a media voz a Antonio Machado. El Serrat que pasó ayer por Tenerife es el Serrat de siempre: un trovador de realidades lejanas.
http://web.eldia.es/cultura/2015-06-29/2-Serrat-estado-puro.htm
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