Los momentos más impactantes del concierto por los refugiados
15.000 personas claman en el Sant Jordi a favor de la acogida en un espectáculo de más de tres horas con reivindicaciones, dardos políticos y mucha emoción
ALBERT DOMÈNECH, Barcelona
12/02/2017 01:46 | Actualizado a 12/02/2017 21:00
Emoción y reivindicación se han abrazado con fuerza en una velada para la historia en el Palau Sant Jordi que ha acogido el concierto para las personas refugiadas impulsado desde la plataforma ‘Casa nostra, casa vostra’. La cita, que ha contado con la dirección escénica de la Fura dels Baus, y la producción y colaboración de grandes marcas como Primavera Sound y Canet Rock, ha derivado en un multitudinario clamor de 15.000 voces a favor de convertir el país en una tierra de acogida para aquellas personas que huyen forzadas de situaciones difíciles o persecuciones en su país de origen, y han visto como sus vidas quedaban estancadas y se alejaban de su esfera familiar. Sí, pelota en el tejado de la clase política.
Pocas causas son capaces de unir por sí solas a más de cincuenta artistas en un mismo escenario, y menos en un show que ha permitido fraternizar voces y artistas de diferentes artes escénicas del panorama español y catalán, en una colaboración que no suele ser habitual. Ver en el mismo cartel a nombres como Lluís Llach y Joan Manel Serrat es algo muy ocasional, como también es único comprobar que artistas como Amaral, Pablo López, Fermín Muguruza, Ismael Serrano, Manolo García o Josemi Carmona, pueden brillar con la misma fuerza al lado de nombres de factoría local como Txarango, Jaume Sisa, Sopa de Cabra, Joan Dausà o Roger Mas, por poner solo algunos ejemplos. Al cóctel, hay que introducir otros nombres mediáticos de periodistas como Gemma Nierga o Jordi Évole o actores como los protagonistas de la serie Merlí.
Más allá de la música y el espectáculo, el concierto del Sant Jordi se ha dividido en tres grandes bloques temáticos personalizados en la experiencia de la vida emocional de Rasol, un exiliado siriano atrapado en Grecia: origen de la búsqueda, el trayecto y la vida, muchas veces parada, en un país desconocido o en un campo de refugiados, y ha servido como altavoz para testimonios y asociaciones que trabajan desde hace años para la mejora de las políticas migratorias y de la vida de exiliados y refugiados. Los asistentes que entraban al Sant Jordi podían encontrar fuera del recinto manifestaciones espontáneas o exposiciones con fotografías sobre la dura vida de los refugiados con muchos casos como los de Rasol. Las otras caras del drama humanitario que, por un día, compartían espacio con vidas paralelas pero muy alejadas de su realidad.
Al final, más de tres horas de show participativo- las entradas estaban agotadas desde hace días- que se ha unificado en torno a un relato sobrecogedor, elocuente y bien hilvanado (con voz en off de la actriz Clara Segura) y que, más allá de la necesaria recogida de fondos para los diferentes proyectos implicados, buscaba interpelar al público y remover conciencias. Estos han sido algunos de los momentos mágicos de una noche que, a día de hoy, parece única e irrepetible. Una velada que ha empezado con una impactante performance operística con las voces de Roger Mas y Núria Graham para simbolizar el miedo de las personas refugiadas y la ruptura de fronteras y muros.
Dos duetos musicales de altura para abrir show
La banda de Xavi Lloses acompañando a Lluís Llach y Manolo García con el himno a la libertad ‘Venim del nord, venim del sud’ ha sido uno de los primeros impactos musicales más celebrados de la noche. Llach unido a su inseparable piano y la emblemática voz de García, que también ha cantado su ‘Pájaros de barro’, nostalgia que el Palau ha agradecido coreando el tema y acompañándolo con palmas. El testimonio del cantante catalán lo ha cogido otro binomio de altura, el formado por Marina Rosell y Paco Ibáñez, que han inmortalizado el ineludible ‘Quanta guerra’ y la reivindicativa ‘A Galopar’, texto de Rafael Alberti, para, en palabras del cantautor, “demostrar que nos dan ganas de enterrar a todos los criminales que han provocado esta situación”. “Gracias a Catalunya que ha demostrado, una vez más, que es un pueblo civilizado y solidario”, ha culminado.
Manos levantadas, y colorido para un ‘Que tinguem sort’ especial
El primero en levantar el Sant Jordi ha sido Macaco gracias a su himno ‘Con la mano levantá’, el instante de optimismo que ha culminado el contundente discurso de Toni Borrell, responsable de la plataforma Stop Mare Mortum. Dani Carbonell ha hecho saltar a todo el público para combatir “hipocresía de los políticos”. Energía en el recinto antes de vivir nuevos instantes desgarradores y emotivos como escuchar el himno de Llach ‘Que tinguem sort’ en las voces de dos corales fusionadas: una catalana, In Crescendo, otra nigeriana, 1st African Gospel Choir. El Sant Jordi coreando al unísono la canción con luces de los móviles encendidas ha emocionado a muchísima gente, igual que escuchar a Ismael Serrano cantar su ‘Papá cuéntame otra vez’ con algún cambio en la letra para adaptarla a la causa migratoria.
El mar, llora; Évole ataca
El segundo bloque del concierto ha empezado con uno de los temas más crudos y emotivos de la campaña ‘Casa nostra, casa vostra’, el que en su día ideó el cantante Joan Dausà, ‘Com plora el mar’ para hablar de la realidad de los que huyen de su país jugándose la vida. Un viaje plagado de peligros, de pérdidas humanas y de dolorosos recuerdos con el mar de protagonismo y la sonoridad de Dausà que ha acompañado el movimiento de una improvisada patera entre el público que ha encogido los 15.000 corazones de los asistentes. En el escenario, mientras Dausà cantaba acompañado de su piano, un joven luchaba por no ahogarse en un pequeño recipiente lleno de agua. Desgarradora puesta en escena para uno de los momentos más emocionantes de la noche. Como ha reconocido Jordi Évole, “nudo en la garganta”. “15.000 personas reclamando acoger inmigrantes, esto tiene que ser inconstitucional”, ha soltado con ironía el periodista que ha criticado que “en un concierto como este haya un palco con autoridades”. La respuesta del público, inmediata: “Volem acollir”, “prou excuses”.
En busca de nuevos ‘camins’: Sopa de Cabra y Amaral, juntos
Después el binomio Manu Guix (piano) y Antonio Orozco cantando ‘Mi hérore’ ha llegado una de las canciones más queridas en Catalunya que ha contado con una fusión de lujo, pero no inédita. Hace años Amaral ya versionó el tema ‘Camins’ de Sopa de Cabra y, esta vez, la han interpretado juntos ante un público entregado a una canción que conoce bien. Tras una nueva arenga de Évole, el mestizaje flamenco de artistas como Farruquito ha inundado el Sant Jordi de otra sonoridad, recordando las raíces de aquellos andaluces que hace años tuvieron que migrar a Catalunya en busca de una oportunidad. Joan Manuel Serrat i Judit Neddermann, que ha sustituido a Sílvia Pérez Cruz, enferma, han cantado ‘Plany al mar’ en uno de los duetos musicales más bonitos de la noche.
El ‘Mediterráneo’ más especial
Uno de los momentos más esperados de la noche era escuchar en directo la versión del tema de Serrat que se ha hecho especialmente para la promoción de este concierto y demás acciones de ‘Casa nostra, casa vostra’ con muchísimas colaboraciones. Un Mediterráneo con menos fuerza que el vídeo promocional, todo hay que decirlo, ha retronado en el Sant Jordi después de que Serrat pidiera “justicia” con voces artistas como Lucrecia, Gossos, Judit Neddermann, Pemi Fortuny, Manolo García, Marina Rosell, Jofre Bardagñi, Antonio Orozco, Santi Balmes, Manu Guix entre otros, mientras cuatro colles de castellers hacían cuatro pilares únicos y desplegaban banderas con el lema “Volem acollir’.
La torre más alta contra los muros
Con las palabras de Clara Segura de fondo en un emotivo relato, las cuatro colles han culminado a ritmo de gralles una actuación conjunta en la pista que ha significado uno de los momentos más grabados y celebrados en las gradas del Sant Jordi. Cargado y descargado sin problemas, la cultura catalana ha cobrado fuerza y protagonismo en un momento reivindicativo para una tradición castellera que cuenta con muchos inmigrantes en las diferentes colles. Para terminar el intenso bloque, Lluís Llach ha cantado junto a Elena Gadel su emblemático ‘Corrandes d’exili’, con letra del poeta Pere IV y la narración y sentida interpretación de Bel. Tras el exilio, empieza una nueva vida que, en muchos casos, no mejora la vida que han dejado atrás. El viaje llegaba a su último acto tras más de dos horas de espectáculo. Y sí, quedaban emociones todavía. ¿Preparados?
Reivindicación a ritmo de fusión y mestizaje
El tercer bloque ha tenido a la fusión musical como protagonismo de un espacio sonoro con nombres artísticos muy diversos. Ovidi3 y Fermín Muguruza han interpretado la ‘Cançó de fer camí’, con presencia del político David Fernández tocando la guitarra y reivindicación para las políticas de acogida en tierras valencianas y vascas. Muguruza ha puesto su particular universo sonoro con ‘Hitz Egin’. La saharaui Aziza Brahim también ha dedicado unas palabras sobre la situación en su tierra, palabras de dolor y agradecimiento con la humanidad que ha culminado aportando su particular sonoridad oriental que, minutos más tarde ha convivido con el universo de Los Chichos. Musicalmente hablando, todas las fronteras y ritmos abiertos a la fiesta reivindicativa del Palau que ha subido de contundencia con la formación Cheb Balowski que ha unido fuerzas con Txarango con un ‘No t’adormis’ que ha actuado de estimulante para un Palau exhausto de fuerzas después de tantas horas de espectáculo. “No estamos haciendo un acto de solidaridad, estamos exigiendo el derecho al asilo. No nos hagáis responsables de la no respuesta política, tenemos prisa”, espetaba Alguer Miquel, cantante de Txarango antes de dar la bienvenida a Feras, exiliado sirio al que conocieron en un campamento y que hoy se unido a la formación.
Manifiesto y despedida coral a ritmo de Jaume Sisa
Los últimos compases del macroconcierto del Sant Jordi han servido para hacer llegar un manifiesto con todas las reivindicaciones de una campaña que tendrá su explosión final en la manifestación que tendrá lugar el próximo sábado por las calles de la Barcelona y que quieren convertir en la más multitudinaria de Europa para la causa. “Que nos congelen el corazón y nos duerman la cabeza”, culminaba un activista antes de dar paso a la actuación colectiva final. El tema elegido, significativo. ‘Qualsevol nit por sortir el sol’ de Jaume Sisa que han convertido, una vez más, en un himno especial artistas como Elena Gadel, Lucrecia, Bonobos, Ana Roig, Oriol Barri, Sara Pi, Itaca Band, Sr.Tomasa, Joan Masdéu, Clara Peya, Guillem Roma o Ivette Nadal entre otros. Y lo que todavía lo ha hecho más especial es una conexión desde Grecia con personas refugiadas entre las que se encontraba Rasol, protagonista argumental de la narración que se ha hilvanado a base de manifiestos críticos, testimonios vivenciales y música escogida para la ocasión. Un mensaje directo a la clase política a la que hora le toca dar respuesta a las inquietudes y el clamor popular que ha convertido el Sant Jordi en una urna gigante con mensaje claro: “Queremos acoger”.
http://www.lavanguardia.com/cultura/20170212/414267605940/concierto-refugiados-palau-sant-jordi-casa-nostra-casa-vostra.html
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