El gusto fue de Córdoba: así fue el show Victor Manuel, Ana Belén, Miguel Ríos y Serrat
5 de octubre de 2017, 08:08
Los españoles Victor Manuel, Ana Belén, Miguel Ríos y Joan Manuel Serrat se presentaron frente a un público pos-cincuenta en un Orfeo con sed de pasado. El show duró más de tres horas y medias y fue de nivel internacional.
Un largo suspiro fue la primera reacción del público cordobés, cuando sonaron los acordes iniciales de Hoy puede ser un gran día, el clásico de Joan Manuel Serrat que abrió anoche el espectáculo “El gusto es nuestro” ante un Orfeo Superdomo con una buena cantidad de gente.
Las tribunas alcanzaron de inmediato un estado de éxtasis, porque habían encontrado lo que tanto fueron a buscar: revivir con nostalgia aquellos años dorados de la canción española.
A 20 años de aquella presentación original, el show de los cuatro españoles fue directamente a lo seguro y no hubo ningún juego o pretensión demasiado ostensible por adaptarse a esta era de las tecnologías y la música 3.0.
En escena hubo más de una docena de músicos, pero sin duda el más aplaudido fue Serrat. “Me alegra ver algunas caritas jóvenes y me pregunto qué hacen aquí”, dijo con ironía “el Nano”, luego se sentó en un costado y cantó sereno el tema Aquellas pequeñas cosas. Con esa canción y Cantares abrió su set, que luego siguió con Algo personal y No hago otra cosa que pensar en ti.
Luego vino el set superpotente de Miguel Ríos, quien se hizo acompañar con tres guitarras eléctricas mientras en el fondo se veían fotos de su pasado rockero. “No saben el gusto que me da no haberme muerto”, dijo entre risas Ríos mientras prometía volver en 20 años y se sorprendía que aquellos años de juerga le hayan dado una tregua.
Más adelante, el show tuvo una efectiva versión en castellano del tema de Billy Joel Piano Maninterpretado por Ana Belén, quien también se animó al guiño local con una reversión de Sólo le pido a Dios, de León Gieco, que hace años lleva a cuestas en sus presentaciones por el mundo. También interpretó Peces de ciudad, del español que le faltó a esta gala, Joaquín Sabina.
Sobre el final, Serrat volvió a escena y sacó a pasear sus clásicos hechizándo al público con su voz y con sus letras memorables. Se le sumarían los temas Mediterráneo, Lucía y Para la libertad,uno de los más ovacionados. Sin duda fue el número más aplaudido del espectáculo frente a un Víctor Manuel sin ansias de protagonismo y a un Miguel Ríos que le aportó al show el toque más ruidoso e irreverente.
España, Cataluña y Córdoba
¿Qué hacen un asturiano, un catalán, una madrileña y un andaluz en Córdoba? Vinieron a darles con el gusto a miles de fanáticos que necesitaban rememorar aquellas canciones de su juventud y de alguna manera sentirse y sentirlos vigentes.
Pero no sólo cordobeses había en la sala, decenas de personas dijeron venir de la Patagonia y el norte exclusivamente a verlo al "Nano".
Con una obvia complicidad entre ellos durante las más de tres horas y media que duró el show, cada uno de los cuatro desplegó su estilo propio y marcado en un show que unificó a España desde lo artístico, ya que desde lo político hoy sería imposible.
Es que estas cuatro personalidades –que representan cuatro puntos disímiles del mapa ibérico– están de gira por Latinoamérica mientras que su país sufre una de las crisis institucionales más graves desde el restablecimiento de la democracia. Nada menos que la posibilidad de que Cataluña se independice de España.
Y sobre eso habló Serrar justo a la mitad del largo show. Aseguró que en estos tiempo se vive entre "el juicio y el arrebato" aunque aclaró que parece haberse ponderado el arrebato.
Y luego siguió: "Hoy que Cataluña está viviendo una sobredosis de emociones. La gente está siendo reprimida por las fuerzas del orden público y espero que tarde o temprano -quizás más temprano que tarde- las cosas volverán al cauce. No sé cuál será ese cauce, pero ojalá sea ese a donde se respete lo distinto y lo diferente se entienda. Donde como dijo el gran Benito Juárez ´el respeto por el derecho ajeno sea la paz´".
Broche final
El show fue muy extenso y el cierre también. Fueron más de tres los bises con los que los artistas amagaron en irse hasta que sonaron clásicos como Esos locos bajitos, Fiesta y La puerta de Alcalá.
Para ese entonces la gente ya estaba parada sacando fotos de cerca a sus artistas y esperando el cierre cerca de las salidas. También hubo quienes a pesar de las 3.40 horas de show seguían pidiendo "otra, otra" cuando las luces se apagaron y los cuatro artistas se fueron.
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