Serrat apuesta por un nuevo cauce, donde lo distinto se respete, donde lo diferente se entienda

Serrat apuesta por un nuevo cauce, donde lo distinto se respete, donde lo diferente se entienda

6 de octubre de 2017 

“Yo soy catalán… así somos los catalanes; vivimos entre el juicio y el arrebato. En estos momentos, hoy por hoy, probablemente más de lo segundo que de lo primero. Pero todo conforma, todo forma parte de lo que somos...”, dijo, sobre el escenario del Orfeo, Joan Manuel Serrat. 

Ya era el tramo final, y acaso más emotivo, de las tres horas y media del espectáculo “El gusto es nuestro, 20 años”, que compartió junto con Ana Belén, Víctor Manuel, Miguel Ríos y con 14 músicos de fuste que los acompañaron antenoche en Córdoba.

“No les extrañará, por tanto, que yo escriba canciones en catalán, y quiero esta noche, de una manera muy especial, cantar la que probablemente es mi canción más popular”, sostuvo el hijo de Ángeles y de Josep, al presentar Paraules d’amor (Palabras de amor), la única de la noche que cantó en ese idioma.

Más allá de las chanzas y las ironías con que jugó Serrat “acerca de una canción que ha discurrido ya más allá de lo que es el nombre de su autor, porque forma parte de la gente”, fue el momento en que el cantante abordó el complejo momento de su tierra natal y cuando emitió su primera condena a la represión policial del Estado español para intentar impedir el referéndum del domingo pasado.

Tras afirmar que “se canta en todo tipo de actividades lúdicas” o en “momentos de alegría”, entre los que incluyó “serenatas, fogatas, bodas, bautizos y divorcios”, Serrat afirmó que Paraules d’amor también es la canción más solicitada en los funerales. “Hay mucho amor o debería haber mucho amor en los funerales”, dijo entre sonrisas de un público incondicional.

De pronto, su tono asumió seriedad. “Esta canción la canto hoy de una manera sumamente especial, porque Cataluña está viviendo momentos en los que una sobredosis de emociones nos invade, en los que la gente está siendo reprimida por las fuerzas del orden público, en los que ocurren muchas cosas”, dijo entre aplausos y también algunos silbidos que la gente destinó a la Guardia Civil.

Más temprano que tarde

“Y uno piensa que, tarde o temprano, mejor más temprano que tarde, las cosas, como el río, volverán al cauce”, prosiguió Serrat, para luego concluir: “No sé cuál será el cauce nuevo. No sé si será el cauce viejo. No sé lo que la historia nos deparará, Pero espero que sea un cauce donde lo distinto se respete, donde lo diferente se entienda y donde, como dijo el gran Benito Juárez, el respeto al derecho ajeno sea la paz”. Los aplausos allí tuvieron mayor estruendo y alguien lanzó un ¡Visca (viva) Catalunya!

Momentos después, cuando los cantantes interpretaban sus bises, alguien agitó desde la platea una senyera, la bandera oficial catalana, que ya había mostrado en otros momentos del concierto. Pero, esta vez, los portadores del estandarte se acercaron al escenario y se lo alcanzaron al autor de Mediterráneo, quien primero la puso sobre su hombro y luego la desplegó con ayuda de Víctor Manuel y de Miguel Ríos.

No era la estelada independentista, pero las cuatro barras del emblema se sostenían de la mano de un catalán, de un asturiano y de un andaluz.

¿Polémica cerrada?

Serrat parecía zanjar así la polémica que generaron sus declaraciones formuladas sobre el 1-O, cuando la gira que está llegando a su fin tocó, en septiembre, Santiago de Chile. En aquel momento, Serrat dijo que apoyaba las consultas populares, pero expresó sus dudas acerca de los procedimientos utilizados para el referéndum convocado por la Generalitat y mostró su preocupación por la brecha que podía abrirse en la sociedad. Los principales medios españoles eligieron para titular, en vísperas del referéndum, que para Serrat esa consulta no era transparente, lo que desató la inmediata reacción de los independentistas más radicales.

Cataluña está viviendo momentos en los que una sobredosis de emociones nos invade.

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