domingo, abril 15, 2018

“¡Taxi, a la calle Pepe Rubianes!”


“¡Taxi, a la calle Pepe Rubianes!”

Un acto con Serrat, Colau y Orella, entre otros, bautiza la calle del actor en la Barceloneta

EL PAÍS
Barcelona 15 ABR 2018 - 18:31 CEST

"¡Taxi! A casa. A la calle Pepe Rubianes, por favor". Joan Lluís Bozzo, si tuviese dinero, alquilaría un piso que se anuncia en la ya antigua calle Almirall Cervera, desde este domingo, calle Pepe Rubianes, para darse "el gustazo", dice, de dar esa dirección al taxista. Lo ha comentado en el acto previo al descubrimiento de la placa que hace oficial el cambio en el nomenclátor, este domingo por la mañana en Barcelona. Las sillas, dispuestas ante un escenario presidido por una pantalla con una foto del actor y la frase "Pepe Rubianes ja té carrer", al final de la calle, junto a la playa, estaban todas ocupadas y alrededor muchas personas de pie, bajo el sol, escuchando atentamente y con una tierna sonrisa en la cara.

A las 10:30 de la mañana, la Gumbo Jass Band empezó a animar el acto y la hermana de Rubianes, Carmen, presentó lecturas que se han hecho de poemas de Rubianes, algunos relativos a la muerte. "Queríamos descubrir también a ese otro Rubianes, el que ha escrito tantos poemas que vamos descubriendo, poco a poco", dijo Carmen. Pero el ambiente no perdió el humor en ningún momento. "Estáis todos de cara al sol, eh? Esto a Pepe le haría mucha gracia", advirtió el cantautor Èric Vinaixa, que le dedicó la canción Moltes gràcies.

Y aparecieron las viudas en el escenario. Y las sonrisas tiernas se convirtieron en carcajadas rubianescas. Andreu Buenafuente leyó los desternillantes 10 mandamientos de Pepe y también recordó el epitafio que quería Rubianes: "Iros todos a tomar por culo". Sin más. Hablaron la actriz Cristina Dilla, María Rosales y Lucila, la periodista Rosana Torres, que consideró la ceremonia "un acto de justicia poética por alguien que nos enseñó a reírnos de nosotros mismos". Y Jordi Parramon, y Joan Gràcia, de Tricicle...

Otro de las viudas, Francesc Orella, ante un repertorio en el que destacaban muchos lazos amarillos (el acto se adelantó para que quien quisiera tuviera tiempo de ir a la manifestación por la libertad de los independentistas presos), se metió de lleno en la cuestión política. "Igual os vamos a ver a ti y a Flavià al limbo, donde existe la libertad de expresión". El Pare Manel, voz autorizada en estas lides, aseguró que Pepe está en el infierno porque "gracias a Dios, era un gran pecador".

No faltó ni Carles Flavià, que, desde el más allá, en boca de uno de sus viudas, Manel Fuentes, que hizo de maestro de ceremonias, tomó la palabra. "Pepe no estaría detenido porque no sabía escribir raps", dijo Flavià-Fuentes.

Joan Lluís Bozzo ahondó en el tema político. "Es una noticia bonita en unos días en que nos llegamos a preguntar si las actuaciones de Pepe, sus representaciones, sus exabruptos, no serían motivo de alguna querella del aparato afinador de los jueces y los fiscales y lo llevarían a hacer compañía a los conciudadanos y conciudadanas que viven la pesadilla de la prisión y del exilio", dijo el director de Dagoll Dagom. "Pero la ciudad sigue viva y republicana, alegre y laica, descarada y risueña, y se adorna con el nombre de nuestro amigo para dejar bien claro a todo el mundo que apuesta por la libertad y por la anhelada república". 

La última viuda habló cantando. "Si hubiese tenido que cantar cualquiera de los otros esto habría acabado de otra manera, más divertida, probablemente", dijo un divertido Joan Manuel Serrat, antes de llamar a Kitflus para que se sentara al piano. Y le dedicó a Pepe la canción más oportuna: Seria fantàstic. "Sería fantástico ir por la vida sin cumplidos (...). Sería fantástico que se instalara en el barrio el paraíso terrenal (...). Sentirse como en casa en todas partes. Sería fantástico que todos fuésemos hijos de Dios..." (¿Seguro que no se inspiró en Rubianes al escribirla...?).

Cerró el acto Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, que avisó que hablaría en honor a Rubianes y, por lo tanto, fuera de cualquier protocolo: "¿Por qué coño se muere la gente buena?", se preguntó, taco incluido, para recordar también a Carles Flavià y a otro ilustre barcelonés de adopción y también de la Barceloneta, Paco Camarasa. Colau no conoció personalmente a Rubianes pero dijo que bastantes cosas le unían a él: "Los dos estudiamos filosofía y teníamos claro que no íbamos a ser filósofos". Colau aseguró que al humorista le habría gustado que "su amado público se haya reunido para quitarle el nombre de esta calle a un 'facha' y ponérselo al querido Pepe Rubianes".

La alcaldesa se definió artista fracasada: "Eso somos los que nos dedicamos a la política", dijo. "Algunos lo somos de forma consciente, pero otros, de forma inconsciente. ¡Lo que nos hubiésemos ahorrado si Trump hubiera cantado como Mick Jagger! O si Aznar hubiera cantado como Raphael, o Cifuentes, como Alaska (¿a quién le importa?).

Rubianes, fallecido el 1 de marzo de 2009, cada año, desde el Más Allá, a través de una esquela que publicaban sus viudas en El Periódico, reclamaba la promesa que se le hizo desde el Ayuntamiento de Barcelona de ponerle su nombre a una calle de la ciudad. El décimo aniversario de su fallecimiento, es de imaginar que la esquela, por fin, sea de agradecimiento.

https://elpais.com/ccaa/2018/04/15/catalunya/1523793277_455803.html

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