La caída de Joaquín Sabina enciende las alarmas: “Las luminarias modernas provocan enceguecimiento transitorio”
En diálogo con Teleshow, Carlos Rottemberg analizó el accidente del cantante español y manifestó la importancia de crear una nueva reglamentación para darles mayor seguridad a los artistas
Por Constanza Kong
20 de febrero de 2020
Joaquín Sabina se cayó del escenario del Wizink Center de Madrid este miércoles 12 de febrero durante un concierto que estaba realizando con Joan Manuel Serrat. El artista español sufrió traumatismos y fue trasladado en camilla por los servicios de emergencia. Aunque reapareció un rato más tarde en silla de ruedas para tranquilizar al público, al día siguiente fue operado por un hematoma intracraneal.
Los episodios de este tipo son muy comunes entre la comunidad artística. En la Argentina, Sergio Denis se cayó al foso de orquesta del teatro Mercedes Sosa de Tucumán mientras daba un show. Como consecuencia del golpe, el popular intérprete sufrió daño cerebral. Ya pasaron once meses y todavía se encuentra internado en la clínica de rehabilitación ALCLA. Luego, se tapó el foso del teatro tucumano para evitar otra tragedia.
El debate sobre la inseguridad en los espectáculos se instaló en los medios y las redes sociales. Carlos Rottemberg planteó una interesante hipótesis en Twitter: “Primeros sondeos entre especialistas concluyen en que la multiplicación de caídas de artistas de distintos escenarios del mundo en los últimos años serían atribuibles al cambio producido por las modernas luminarias de gran potencia que provocan un enceguecimiento transitorio”.
En diálogo con Teleshow, el empresario teatral hizo un análisis más detallado de este tipo de episodios. “Si buscás en Google, caídas en los escenarios hubo siempre. Lo que es notorio es cómo creció el número y eso no puede ser atribuible a que uniformemente cambiaron los artistas. Esto ocurre en el mundo, no solo en una ciudad o en lugar determinado”, analizó Rottemberg, quien posee una vasta experiencia en la producción de espectáculos y es dueño de varios complejos teatrales.
“También excede a los fosos de orquesta, porque si bien se propicia una reglamentación que no existe en la mayoría de los países, es complicado proteger los fosos cuando hay espectáculos musicales porque están en uso. Ahora siendo la proporción en los últimos tiempos con la caída de Sabina se termina de confirmar: ya no hace falta que haya foso para que esto pase...”, agregó.
El productor explicó que ha mantenido charlas con colegas de distintas entidades que nuclean a los teatros de varios países sobre por qué aumentó la proporción de estas caídas durante los shows y llegaron a una conclusión: “Todos coincidimos en que la explicación más racional tiene que ver no solamente con las luces, cómo cambió la tecnología, sino además de cómo se da generalmente en espectáculos musicales o recitales la incidencia de las luces robóticas que no están fijas en un lugar y no permiten al artista tener claro el foco que lo va a enganchar en el momento de la actuación”.
Además, argumentó que tanto Sabina como Denis se presentaron en lugares “de primera línea” que suelen cumplir con las normas de seguridad. De esta manera, queda totalmente descartado que estas caídas hayan ocurrido por una falta de mantenimiento o problemas en el estado de las instalaciones.
“Otro detalle que no es menor: estamos hablando en los últimos casos de artistas con mucha experiencia en los recitales, porque si fuese una persona que empezó ayer uno dice: ‘No sabe pisar el escenario’. Pero estamos hablando de Denis y Sabina que hicieron centenares de recitales. Es un tema para observar, porque esto excede la buena voluntad personal de las empresas de teatro. Acá hace falta una reglamentación que estipule cuáles son los límites de seguridad en los escenarios para los artistas”, afirmó Rottemberg.
Por otra parte, el empresario opinó que el teatro de comedia tiene una “ventaja” si se lo compara con los recitales, ya que en las obras se mantiene la misma puesta en escena todo el tiempo. Entonces, es más difícil que los actores sufran caídas, ya que durante los meses de ensayo suelen recorrer el escenario y saben cómo moverse. En cambio los cantantes o músicos no tienen tanto tiempo para conocer el espacio en el que deben presentar sus shows.
“En todo caso a mí me preocupa cuando se hacen giras. A veces las compañías de actores llegan en el día al teatro y realizan la función a la noche”, manifestó Rottemberg. Por último, afirmó que en sus teatros hicieron una propia reglamentación para la seguridad de los actores: “En el Liceo cerramos el foso de orquesta hace muchos años. Cuando hicimos Casi normales, la orquesta se ponía contra la medianera del fondo del escenario. Ahora en Cabaret está a los costados. Pero el foso está cerrado hace 20 años por una cuestión de seguridad”.
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