Pongamos que hablo de Sabina: Primer episodio
24 Mayo, 2020
Siempre es una buena ocasión para acercarse a la figura de Joaquín Sabina. Hoy, ATRESplayer en su versión Premium, estrena el primer episodio sobre tres del documental Pongamos que hablo de Sabina. Iñaki López es el encargado de presentarlo y realizar las entrevistas oportunas, el también conductor de La Sexta Noche merece todo mi respeto tan solo por variar con éxito la oferta televisiva de su día y franja horaria, él y todo su equipo, por supuesto, y sobre todo por lidiar con el variopinto circo de tertulianos que por ahí asoma cada sábado… Tiene el cielo ganado.
Al lío. “Hemos quedado con algunos de sus mejores amigos con los que tratar una de sus facetas más controvertidas, la del canalla incorregible: Pongamos que hablo de sus pecados”, así prologa Iñaki el instante previo al contenido neto. En cambio, lo que sucede después tiene más que ver con “Noche de ronda”, la inmortal canción de Agustín Lara y esa estrofa doliente: “Que las rondas no son buenas, que hacen daño, que dan penas, que se acaba por llorar”. Ojo, que hay buenos momentos sobre sus “pecados”, ahí están El Gran Wyoming, Javier Menéndez Flores, biógrafo de Sabina, Carlos Boyero y el pretendido as en la manga de Cristina Zubillaga, ex pareja sentimental y protagonista de la gloriosa “19 días y 500 noches”.
También son reseñables los fragmentos televisivos seleccionados junto a Jesús Quintero en Ratones Coloraos (2003), o el de La azotea de Wyoming (2005). Tampoco falta una parte dedicada a la historia de la famosa y repartida llave de la casa de Joaquín Sabina. Llama la atención el escaso tiempo de Paco Lucena, fundamental ex manager, quien atesora mucho más y mejor, por ejemplo, recuerdo cómo me contaba la manera en que engañaban a Joaquín para aislarlo en algún hotel de la sierra de Madrid, evitando así perderlo en la madrugada y asegurarse que al día siguiente diera el concierto programado, su mayor preocupación era fallar en Las Ventas si no recuerdo mal, la reacción de Joaquín al ver que no iba a la fiesta prometida era de auténtica fiera enjaulada.
Apenas media hora es muy poco tiempo para el retrato “canallla” de Sabina, tal vez el doble hubiese compensado todo mejor, porque apenas entramos en materia la balanza se inclina a favor del momento esencial que supone 19 días y 500 noches (1999), el ictus sufrido en 2001 y la depresión. La noche de ronda que apuntaba. Todo válido, pero se supone que el asunto iba a estar centrado en otra cosa. ¿Porque no ir más allá de sus mejores amigos?¿Por qué no bucear de verdad en las canciones realmente “pecadoras”? ¿No hubiera sido infinitamente mejor cerrar con Lichis cantando “Pongamos que hablo de Joaquín”? Canción compuesta por Aute, excelente amigo, y no creo que nadie le haya definido mejor, cantando al menos, y eso que la pieza data del Joaquín Sabina y Viceversa. En Directo (1986). Al cierre les dejo el clip.
En resumen, la primera fase de Pongamos que hablo de Sabina anda tan llena de buenas intenciones como de inconsistencia en el guión, falto de mordiente sabinera… Habrá que esperar al tríptico entero. De momento, ocupen su localidad.
“Pongamos que hablo de Joaquín”, Luis Eduardo Aute.
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