Concierto junto a Miralles
Serrat, un trovador 100x100
21-06-2009 - Por Sergio Ariza /Fotos: Marina Ramírez
A las 22:30 en punto, haciendo gala de una proverbial puntualidad inglesa, Joan Manuel Serrat y Ricard Miralles hacían acto de presencia en el escenario del Parque Juan Carlos I de Pinto. La figura de Antonio Machado inundaba el telón de fondo y los acordes de “Cantares” encendían a un público, para el que las canciones del “noi del Poble Sec” suponen la banda sonora de sus vidas. Golpe a golpe y verso a verso Serrat se ha ganado un lugar de privilegio dentro del mundo de la música de nuestro país.
El concierto estaba englobado dentro de la gira “Serrat 100x100”, que el artista catalán ha retomado después de su tour de force con Joaquín Sabina “Dos pájaros de un tiro”, y que debería llamarse Serrat y Miralles 100x100 ya que el destacado papel que cumple el excelso pianista a la hora de musicar las composiciones del Nano nunca debería pasarse por alto. Pero volvamos al recital que ofrecieron en Pinto, después de empezar con una carta ganadora, “Cantares”, Serrat se decantó por obviar su repertorio más conocido, basándose en discos como Bienaventurados, En tránsito o los más recientes Versos en la boca o Mô del que sonó la única canción en catalán de todo el recital, “Si hagués nascut dona”, a la que acompañó de una divertida introducción en la que explicó como su madre pensaba que iba a nacer una niña cuando nació él.
Y es que esa es una de las características fundamentales de ésta gira, Serrat ofrece unos largos soliloquios entre canción y canción, en los que se alarga su sombra de cuentista, o “storyteller” cómo dicen los anglosajones. Así une su actuación, como si de un monologuista se tratase, a través de disparatados proverbios chinos y anécdotas varias en las que da rienda suelta a su proverbial verbigracia. Una pena que el viento afease en esta primera parte el sonido del concierto.
Los clásicos...
Pero Serrat se guardaba para la segunda parte las canciones con las que se ha convertido en el máximo referente de toda una generación, ésas que escribió en el que, sin duda, es el periodo más fértil de su carrera, de 1969 a 1974. Cuando encadenó “Tú nombre me sabe a hierba” y “Aquellas pequeñas cosas” el viento dejó de importar y la magia del mejor Serrat comenzó a fluir a raudales. Porque, cómo expresó muy bien el mismo artista, hay canciones que ya no le pertenecen al compositor sino que son patrimonio de la gente. Canciones como “Penélope”, “Mediterráneo” o “Para la libertad” que pusieron al respetable en pie, ovacionando a este trovador al que todavía le dio tiempo de emocionarnos con la trágica historia de Curro el Palmo y con la más bella historia de amor que tuvo o tendrá Joan Manuel Serrat, vuela esta canción para ti Lucía.
Información e imagen de http://www.diariocritico.com/
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