viernes, marzo 04, 2011

El ciudadano Serrat


El ciudadano Serrat

Joan manuel vuelve a El Salvador para compartir con sus amigos más de sus andanzas por la vida

Jueves, 3 de Marzo de 2011


El ciudadano Joan Manuel Serrat i Teresa, español que llegó al mundo el 27 de diciembre de 1943, es el favorito de muchos.

Su música, su poesía -ajena y propia-, su espíritu indómito, conquistó, conquista y conquistará a miles alrededor del mundo. Y aunque él afirme que compone y canta, porque nació trovador, nunca "estrella", sus seguidores agradecen al catalán haberse decidido a ser Joan Manuel Serrat.

René Rodas, escritor salvadoreño que se dedica a la docencia, lo conoció siendo un niño. Penélope, esa canción con la que ganó el Festival de Río de Janeiro en 1969, lo introdujo al mundo del "Nano", como se le conoce en Argentina.

Gracias a sus hermanos mayores, lo descubre, lo sigue y lo disfruta. Fue precisamente uno de ellos, el que tuvo a bien llevarlo al concierto gratuito que Serrat ofreció en los años 70, en la Universidad de El Salvador. Inolvidable. "...toda la gente estaba emocionada, pidiéndole canciones. Y él, complaciéndolos hasta que su garganta no pudo más...", recuerda.

Hoy, a cuatro décadas de aquel suceso, tiene sinceras intenciones de asistir al concierto que el cantautor ofrecerá mañana, en el auditorio del Centro Internacional de Ferias y Convenciones (Cifco), como parte de su gira, "Hijo de la Luz y de la Sombra", por Latinoamérica.

Para este poeta salvadoreño, el gran legado de "El noi del Poble-sec" (el niño de 'Poble Sec', su barrio natal) es hacer más accesible la poesía a la gente, a través de su propuesta. Ha musicalizado a Antonio Machado, Rafael Alberti, Mario Benedetti, Federico García Lorca, León Felipe, Miguel Hernández, y otros grandes... y Hernández es el mismo que inspiró su más reciente producción, Hijo de la Luz y de la Sombra.

Pero el mismo Serrat es un poeta. Un poeta indomable que luchó con garra contra la tiranía del General Franco, que hizo hasta lo imposible por doblegar a la Barcelona del Nano en los años 60. Su arma, el catalán, esa lengua madre inherente a él y de la que está tan orgulloso.

Vuestro y nuestro

Su carrera inició precisamente con sus cantos en catalán en 1965. Y cantando en catalán fue como lo descubrió la talentosa poeta salvadoreña Carmen González Huguet. Ella cuenta en su artículo El catalán, Serrat y otras hierbas, que fue amor a primera vista. "Desde la pantalla en blanco y negro del viejo Sylvania, con su cabello lacio tan parecido al de los Beatles y los lunares inconfundibles como una condecoración en la mejilla derecha, Serrat fue desgranando una canción triste cuyo sentido tuvo que hilvanar mi madre para mí...".

Sí, su madre. Carmen es salvadoreña de ascendencia española y su familia tiene el ombligo en Santa Coloma de Queralt, Tarragona, al sur de Cataluña.

Desde entonces, ella es otra de esas personas amantes de Serrat.

"Con la prohibición de cantar en su idioma, una canción tan sencilla, como "Paraules d'amor", era todo un acto de rebeldía, que significaba la cárcel. Para él, fue el exilio, cuando se negó a cantar una canción de pipiripau "La, la, la", en Eurovisión (1968) en castellano", remembró Carlos Velis, actor y dramaturgo salvadoreño otro apasionado de la música del cantautor.

Ese fue un gran conflicto que benefició mucho a Latinoamérica. Al ser expulsado de la Madre Patria, Serrat parte hacia México, donde abre las puertas del continente latino.

Desde ese suceso, el catalán es un grande de España, pero también es un grande de Latinoamérica. Y él lo sabe, y en más de una ocasión ha externado su cariño hacia el nuevo continente.

Para Velis, como para el artista plástico Ronald Morán, las melodías del 'Nano' cuentan con dulzura situaciones terribles o sentimientos tan íntimos, que hacen 'click' en cualquier espíritu, de cualquier época.

Escuchar al maestro es como tener una cita con la propia intimidad y dejar que ese halo poético de su música penetre los recuerdos y sacuda el alma.

No es extraño, por ello, que cientos de personas dejen rodar lágrimas por sus rostros en los conciertos de Serrat, ni es insólito que sus detractores lo respeten y admiren. Rafael Alfaro, compositor y músico, es uno de los que valoran su talento y su aporte histórico, a pesar de no contarlo entre sus favoritos.

Incluso admite que algunas de las líricas del español le han inspirado y ha escrito sobre esas ideas con sus propias palabras. "...seguramente más de alguna frase del profesor se ha de haber colado", agrega.

Roberto Salamanca, por su parte, sí se declara su fiel admirador. Lo concibe como un caminante incansable que sigue andando por el mundo. Bienvenido, de nuevo.



Imagen e información http://www.elsalvador.com/

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