PATRICIA CAMPELO Alicante 28/03/2011
Cada año desde 1998, en el aniversario de la muerte de Miguel Hernández, miles de personas recorren a pie varios municipios alicantinos relevantes en la vida del poeta. Desde Orihuela, la ciudad natal del autor de Vientos del Pueblo, hasta Alicante, en cuyo cementerio descansan sus restos, los senderistas recorren un total de 70 kilómetros durante el fin de semana más próximo a la muerte del poeta, el 28 de marzo de 1942.
Este año, unas 3.800 personas —llegadas de diferentes puntos del país y del extranjero— han participado en la Senda del Poeta. La crudeza del recorrido se ve recompensada por la poesía que acompaña cada paso y que recitan caminantes como Antonio que, a sus 77 años, lleva varias sendas recorridas, o Alfredo, un gran conocedor de los símbolos de la represión franquista en la zona.
"Hasta hace poco, el ayuntamiento de Albatera no quería saber nada del campo de concentración que hay en esta zona; ahora sí se recuerda", indica sobre el lugar en el que el poeta perdió a muchos de sus amigos. De Orihuela a Albatera la Senda atraviesa municipios de la Vega Baja como Redován, localidad donde nació el padre del poeta o Cox, símbolo de la etapa familiar de Miguel Hernández —allí nacieron sus dos hijos— y de compromiso político. Desde Albatera parte la segunda jornada del recorrido y en San Isidro, antiguo barrio albaterense ahora segregado, se realiza la primera parada de refrigerio preparado por el Instituto Valenciano de la Juventud, entidad que planifica el itinerario. Fernando Morales es el alcalde de San Isidro, municipio responsable del campo de concentración, uno de los primeros que se abrieron durante la Guerra Civil y al que fueron a parar los miles de ciudadanos que esperaban exiliarse desde el puerto de Alicante en un barco que nunca llegó.
"En un recinto hecho para 500 personas había 5.000", recuerda el regidor, que remarca la importancia de recordar para mejorar el presente. "Con estos homenajes ganamos en pluralismo y tolerancia". Historia, memoria y poesía Casi cuatro horas después de dejar San Isidro la Senda deriva en Crevillente y continúa 14 kilómetros más hasta Elche, ciudad que otorgó al autor de El rayo que no cesa, en marzo de 1931, el único premio literario que recibió en vida y que alberga la Universidad Miguel Hernández (UMH), consagrada a la figura del poeta.
En el recinto universitario los senderistas pasan la noche. El preciado descanso llega tras una cena abundante y el recibimiento del rector de la UMH, Jesús Rodríguez. Una lectura dramatizada sobre la vida del poeta humanista pone el broche final a la jornada más dura del recorrido. El domingo, el trayecto une Elche y Alicante con parada en Rebolledo.
El olor de la flor del azahar está presente en los caminos por los discurre la Senda, plagados de naranjos y limoneros que colorean las huertas de la comarca de la Vega Baja alicantina. En 1998, tan sólo 27 amigos realizaron el trayecto que el pasado fin de semana llevaron a cabo más de 3.800 personas.
Chema Rubio es uno de los habituales de la Senda desde sus orígenes. "Es una metáfora del exilio republicano", sostiene Rubio, a la vez que critica la atribución política que ha adquirido esta iniciativa. "Esto comenzó como una ruta que hacíamos amigos y seguidores del poeta en la que recitábamos poesía de Miguel Hernández y de creación propia", explica.
Unos años después, se incrementó tanto la participación que el IVAJ se hizo cargo de la organización a propuesta de Amigos de Miguel Hernández, la asociación que comenzó el recorrido impulsada por el catedrático de Ciencias de la Información Francisco Estévez.Durante el camino se atisba la predominante presencia de profesores y alumnos (1.800 escolares inscritos, según datos de la organización), así como de personas con diferentes niveles de discapacidad.
"Tienen una capacidad de sacrificio tremenda", comenta uno de los monitores que ayuda en la organización del trayecto sobre estos chicos y chicas que concluyeron la travesía con un plus de esfuerzo. Las 3.000 plazas ofertadas, que incluyen alojamiento y comidas gratuitas, se cubrieron en su totalidad, aunque los organizadores reconocen que este año ha descendido un poco la participación tras la resaca del año hernandiano (2010) en el que celebraron dos sendas (en marzo y en octubre). El homenaje al poeta del compromiso social y político terminó ante su tumba en el cementerio municipal de Alicante, ciudad en cuya cárcel falleció tal día como hoy hace 69 años. Sobre el sepulcro, la tricolor —que en el trayecto apenas estaba presente— adorna varias coronas de flores del PCE, de Esquerra Unida, de la asociación de amigos del poeta y del IVAJ.
"Aunque bajo la tierra mi cuerpo amante esté/ escríbeme a la tierra/ que yo te escribiré", son los versos inscritos a un lado del mármol de la losa; del otro, "Llegó con tres heridas/ la del amor/ la de la muerte/ de la vida". Al acto institucional de despedida con la concejala de Juventud, Laura Chorro, y el director del IVAJ, Adrián Ballester, muchos senderistas, rezagados, no pudieron llegar.
A pesar de los dolores de las ampollas en los pies y del cansancio hasta la extenuación muchos de ellos lo tienen claro, se despidieron del poeta del pueblo: "Hasta el año que viene".
Imágenes y información http://www.publico.es/
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