lunes, marzo 07, 2011

Se hizo camino al cantar


Se hizo camino al cantar

Joan Manuel Serrat tenía más de 30 años de no visitar el país, por lo que la bienvenida que le brindó el público salvadoreño fue muy efusiva.

07/03/2011
Texto: Rodrigo Sura
Fotos: Juan Carlos Villafranco



El encuentro entre la música y la poesía pasa, de forma obligada, por un cantautor que sin lugar a dudas ha sabido darle vida a esa fusión de versos, líricas y ritmos. Esta premisa hace que Joan Manuel Serrat y su música sean únicos, al igual que lo fue su presentación el pasado sábado durante el concierto en el marco de su gira “Hijo de la luz y de la sombra”.

“Estoy feliz de regresar a tierra salvadoreña, feliz de compartir mi música” fueron las palabras con las que el catalán saludó a los asistentes quienes lo recibieron con aplausos. Con guitarra en mano y acompañado por seis músicos la velada inició con el tema “Hoy puede ser un gran día” lo cual, en honor al tiempo, era el comienzo de una gran noche.

De hecho, en esa noche culminó una espera de más de treinta años por ver a Serrat nuevamente en el país, ya que fue en la década de los 70 cuando se presentó por primera vez, brindando un recital en la Universidad de El Salvador, en una época y un país en donde muchos de los que hoy pasan de los 40 años eran jóvenes ávidos por esa música que se generaba al otro lado del mundo cuyas letras abordaban temáticas sociales.

Serrat le cantó al amor, a la paz, a la alegría; entre temas de su nuevo disco “Hijo de la luz y de la sombra” en la que musicaliza poemas del escritor Miguel Hernández, pasando por los grandes éxitos como “El mediterráneo”, “Para la libertad” o “Señora”.

Mientras el repertorio seguía entre una canción tras otra, el público se convirtió en un coro ideal al momento de interpretar los temas “Lucía”, “Cantáres” y “Penélope”.

El espectáculo se hacía aún más versátil cuando en cada canción un fondo detrás de los músicos en el que se proyectaban imágenes como si contasen el contenido de cada tema musical, asimismo Serrat interactuó con el público al contar anécdotas y uno que otro comentario a manera de chistes.

Entre ovaciones, aplausos, gritos y la típica petición de “otra , otra…”, el público despidió a Serrat, quien los sorprendió volviendo al escenario cuando muchos ya se habían levantado de sus asientos o incluso estaban saliendo del anfiteatro, para interpretar “Aquellas pequeñas cosas”.

Sin duda un concierto que dejó complacidos a los asistentes y con el deseo de volver a escuchar al “Nano”, eso sí, que la espera no sea muy larga.




Imagen e información http://www.diariocolatino.com/es/

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