viernes, abril 29, 2011

Arte y compromiso


Arte y compromiso

El arte surge por la necesidad de expresar convicciones, algo que signifique las directrices por las que el ser humano avanza

29.04.11 - EDUARDO LASTRES

¿Es el arte político? Ésta es una pregunta compleja, ante la que cualquier respuesta puede ser bastante discutible. Pero trataremos de encontrarla reflexionando sobre las diferentes maneras en las que a través del tiempo nos hemos expresado. Los griegos definieron al hombre como un ser político. Si la vida del individuo en sociedad es la política, el arte debería ser político. Pero la cosa no es tan sencilla. Qué entendemos por arte. Como ya he dicho en otras ocasiones, el arte surge por la necesidad de expresar convicciones, algo que signifique, las directrices o caminos por los que el ser humano pueda avanzar en su reflexión, descubrir cuál puede ser su lugar en el mundo, o también expresar sus sentimientos. Así pues, lo que cuenta el arte, sobre todo la música y las artes plásticas más abstractas, no siempre tiene que ver con trazar una ideología, que es lo que en estos momentos estamos planteando, el arte como vía de comunicación política.


En nuestra historia más reciente vemos diferentes evoluciones de esta idea. Contra Franco, ya al final de la dictadura, la mayoría de los artistas se pusieron a trabajar en una dirección casi unánime, en la denuncia de una situación en la que el régimen quería evitar a toda costa que el pueblo, la sociedad, conociera lo que ocurría en el mundo. Con las imágenes o posturas reivindicativas se clamaba por la libertad, como bien común, ante un sistema que siempre encontró los medios para que eso no pudiera suceder.

Estaba prohibido casi todo, de ninguna manera se podía contradecir al poder, ni se le podía juzgar públicamente, esto te podía llevar a la cárcel. Por ello el artista trató, de múltiples maneras, de expresarse contra lo que consideraba un verdadero atropello. Los cantantes protesta entonaron canciones como "Al vent", Raimon, Pi de la Serra, Lluis Llach, Serrat, Paco Ibañez, etc&hellip. Los cuadros de Juan Genovés representaban masas de gente corriendo bajo la amenaza de un eterno enemigo invisible, pero cierto. La obra de Rafael Canogar, con sus detenciones en negro, nos situaba ante el miedo y la injusticia. Eusebio Sempere se mantenía con su obra geométrica, pero asistía a manifestaciones para dejar sentado cual era su demanda social y política. Arcadio Blasco alimentaba su obra con los aspectos más destructivos de la dictadura, las torturas.

Mientras en Alicante, los jóvenes artistas nos vimos involucrados en esa tesitura de denuncia y arte comprometido. La crítica de arte también se movilizó, Aguilera Cerní en Valencia y Ernesto Contreras en Alicante, quién propició el advenimiento de grupos como Alcoiarts, el Grup d´Elx&hellip. Movimientos y artistas que se vieron inmersos en una teoría del arte que buscaba esa reflexión sobre el presente, una mirada hacia el arte que contuviera los suficientes elementos figurativos y de representación que indicaran la nefasta actuación de la dictadura. Había que hacerlo en pro del momento histórico que nos tocaba vivir. La mayoría entendimos que esa era nuestra responsabilidad.

¿Qué ha cambiado hoy? La verdad es que la política me interesa relativamente, como a cualquier ciudadano, cómo no. Pero, qué quieren que les diga, los cambalaches dialécticos que se dedican entre sí los políticos, las desafortunadas demagogias que se emplean para desacreditar o simplemente para insultar, me induce cada día más a olvidarme de ella. Estamos viviendo una situación tal que nos hace añorar aquellos tiempos en los que los artistas luchábamos contra algo completamente identificado. Hicimos obras donde el puño en alto, las masas, las imágenes de la represión, eran tan evidentes. El arte se volvió figurativo. Había que golpear a las conciencias y dibujar un mapa de realidades en los que tantas cosas estaban por hacer. La libertad, el deseo de libertad era tan grande que todo lo que se representaba iba en esa dirección.

Pero, qué pasa hoy, qué puede hacer el arte hoy. Sí, se pueden denunciar cosas, todo se puede cuestionar en una sociedad en la que las deficiencias sociales son tremendas, cada vez más. Los derechos individuales, dentro del régimen de libertades que tenemos, se reducen día a día. La crisis ha acentuado las diferencias y el arte está instrumentalizado, subvencionado por las instituciones culturales que están en manos de los políticos. Comienza a aparecer el fantasma de situaciones que se vivieron en otro tiempo. Pero repito, qué puede hacer el arte hoy.

¿Debe reflejar este estado de cosas tan absurdo, este sistema en el que no se puede pedir explicaciones a nadie? Los partidos hacen su papel, los votamos libremente, y la democracia nos da las garantías de un sistema asumido por todos. Pero la verdad es que los artistas no saben como enfrentarse al problema. El artista lucha en solitario, buscando su identidad en una jungla que no entiende, en un mundo que parece permitirle todo, pero no es así, estamos más indefensos que nunca. No existe una corriente artística que lleve a cabo una denuncia expresa a la sociedad, ¿serviría de algo? Ya Paco Umbral, lo dijo: «Contra Franco vivíamos mejor&hellip». El arte parecía tener un sentido de lucha y de búsqueda de definición, que hoy parece haberse olvidado. Los artistas buscan a quién atacar, contra quién ir.

El arte siempre es contra alguien. Esa búsqueda siempre es personal pero identificándose al mismo tiempo con una circunstancia histórica, aunque en este momento esté sin definición y sin un proyecto claro. Pero, ¿quién lo ve?




Información http://www.laverdad.es/alicante/v/

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