martes, mayo 10, 2011

(V PARTE) VIDA DE MACHADO EN SU ESTANCIA EN SORIA

Es Septiembre de 1911. Encuentran en la estación a familia y amigas de Leonor. Se abrazan y lloran al encontrarse. Leonor luce sus nuevos vestidos de París.

Llegado la primavera de 1912, Antonio alquila una casita camino del Mirón donde encontrar más fácilmente el ambiente deseado. Su mujer parece recobrarse, y el esposo reza con todo su alma para la curación de su mujer:



A UN OLMO SECO
Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.
.................
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.



En Abril de 1912 se publica Campos de Castilla






Leonor se encuentra cada vez más cansada, y para pasear por el mirón Antonio manda construir un cochecito de inválido donde lleva a la mujer, con la esperanza de vencer la enfermedad. Los testigos los ven cada día en una imagen tenebrosa y “patética”. Cada día sube con su Leonor hasta la ermita del Mirón, y la deja en la tapia para que la dé el sol. Mientras Antonio se asoma con la excusa de ver el paisaje. Llora sin consuelo, ante la injusticia de su vida y de su mujer. “Yo hubiera preferido morir mil veces a verla morir, hubiera dado mil vidas por la suya...” dice en una carta a Unamuno en 1913. Después antes del volver al casa, pasa con su mujer al interior del templo para que rece.

Nada se puede ya hacer, la muerte se acerca con paso ligero.

Una noche de verano
—estaba abierto el balcón
y la puerta de mi casa—
la muerte en mi casa entró.
Se fue acercando a su lecho
—ni siquiera me miró—,
con unos dedos muy finos,
algo muy tenue rompió.
Silenciosa y sin mirarme,
la muerte otra vez pasó
delante de mí. ¿Qué has hecho?
La muerte no respondió.
Mi niña quedó tranquila,
dolido mi corazón,
¡Ay, lo que la muerte ha roto
era un hilo entre los dos!.

Leonor, yace muerta. Es el 1 de Agosto de 1912. Un día antes ha llegado la madre de Antonio, Ana Ruiz, quién acompaña en su tristeza y amargura al hijo que por un tiempo había encontrado la felicidad. Ahora ya es todo pesar.

“Señor, ya me arrancaste lo que yo más quería.
Oye otra vez, Dios mío, mi corazón clamar.
Tu voluntad se hizo, Señor, contra la mía.
Señor, ya estamos solos mi corazón y el mar”

El poeta permanece 8 días más en Soria, y cada tarde sube hacia el Espino para encontrarse con la presencia de la esposa perdida. La imagen es de un tristeza infinita. El recuerdo insoportable de una Soria sin su mujer, de la Soria tantas veces cantada le empujan a abandonar la capital. Su próximo destino, Baeza
En 1930 entrevista La Voz de España, Machado hablará de su experiencia Soriana

"Soy hombre extraordinariamente sensible al lugar en que vivo. La geografía, las tradiciones, las costumbres de las poblaciones por donde paso, me impresionan profundamente y dejan huella en mi espíritu. Allá, en 1907, fui destinado como catedrático a Soria. Soria es lugar rico en tradiciones poéticas. Allí nace el Duero, que tanto papel juega en nuestra historia. Allí, entre San Esteban de Gormaz y Medinacelli, se produjo el monumento literario del Poema del Cid. Por si ello fuera poco, guardo de allí recuerdo de mi breve matrimonio con una mujer a la que adoré con pasión y que la muerte me arrebató al poco tiempo. Y viví y sentí aquel ambiente con toda intensidad. Subí al Urbión, al nacimiento del Duero. Hice excursiones a Salas, escenario de la trágica leyenda de los Infantes. Y de allí nació el poema de Alvargonzález."




http://www.antoniomachadoensoria.com/

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