El libro pide un 'plan renove'
La edición cierra otro año de caída que acumula más del 40%de reducción del sector desde 2005
MATÍAS NÉSPOLO
Actualizado: 11/12/2014 21:27 horas
Si algo no se puede achacar a los editores catalanes es la falta de optimismo o incluso de propuestas concretas con las que afrontar «la tormenta perfecta», en palabras de Daniel Fernández, el presidente del Gremi d'Editors de Catalunya, por la que atraviesa el sector desde que los gráficos de facturación comenzaron a descender en 2009 hasta la fecha. Y aún sigue lloviendo, aunque puede que con menor intensidad porque la bajada de ventas en las librerías españolas se situaba en octubre en un 7,2%.
«Seguimos en un contexto de caída, pero tenemos la esperanza de que sea a final de año más contenida y acabemos 2014 con una reducción de entre 5 y 6% de facturación. Sería la caída más pequeña de los últimos cinco años», apuntó ayer Fernández en la rueda de prensa previa a la Nit de l'Edició, que anoche, en su vigésimo novena edición, distinguió a Joan Manuel Serrat con el Premi Atlàntida 2014.
Y más que forzado, ese ligero optimismo es comprensible, porque la situación de la industria el libro es, a estas alturas, más que crítica. Si en 2008, antes de que la crisis impactara en la letra impresa, el sector facturaba 3.100 millones de euros al año, las cuentas de2013 sitúan esa cifra en 2.181 millones, a los que habrá que restarles los perdidos en el año en curso. La friolera de 1.000 millones de euros en siete años de desplome sostenido. «Más del 40% acumulado de reducción del sector del libro», confirma Fernández.
De ahí que los editores catalanes trabajen algunas propuestas de emergencia como impulsar, junto con el Ayuntamiento, la candidatura de Barcelona como ciudad literaria de la UNESCO y, sobre todo, diseñar un Plan Integral del Libro, cuya primera reunión con el gobierno autonómico se celebrará en enero próximo. «Ya tenemos el compromiso del conseller de Cultura Ferran Mascarell», dice el editor, que aspira a implicar a todas las administraciones, aunque reconozca que las conversaciones con el secretario de Cultura José María Lasalle ni siquiera están iniciadas.
De lo que se trata es de incentivos directos a la compra de libros en todas sus modalidades, de ayudas a librerías, a dotación de bibliotecas e instituciones de enseñanza hasta campañas de fomento de la lectura y de la creación de bibliotecas personales o incluso el reintegro al consumidor final del gasto de libros a través de un «cheque cultura». «Somos el sector económico más importante en cuanto a volumen de facturación y cantidad de empleados, más que el sector del automóvil. Pero sí que hay ayudas para comprar coches y no para comprar libros y dotar bibliotecas», dice el editor que aboga por una suerte de «plan renove o PIVE» del libro. Lo cierto es que el dichoso Plan Integral recuerda el sonado Plan Nacional de Lectura lanzado por la Generalitat en 2012 y que se quedó sólo en una bien intencionada foto. «Es la primera vez que se comprometen conmigo y creo que ahora va en serio», dice Fernández.
http://www.elmundo.es/cataluna/2014/12/11/5489fe3822601d290a8b457c.html
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